miércoles, 9 de noviembre de 2011

... back and forth again...


Ford Pick Up Matchox (restauración)


Hace un par de meses, como para variar mis costumbres, salí tarde de mi casa para alguna cita o para el trabajo y tuve que coger un taxi (si algún foráneo se pasa por aquí, y no lo sabe, en Colombia el verbo “coger” se usa como “tomar”, “abordar”, agarrar, etc… Sabemos que en algunos lugares tiene la connotación de “follar”, pero no es el caso colombiano, o imagínese cómo sonarían expresiones nuestras como “me cogió la tarde”, cuando vamos retrasados, como en mi caso ese día, o “cogí un colectivo en el centro” o “cógeme esto que se me va a caer”… he conocido más de una amiga que ha pasado un rato bochornoso en Buenos Aires al acercarse a alguien en la calle y preguntar “¿disculpe, me podría decir dónde puedo coger el metro, por favor?”) y mientras le decía al conductor mi destino, este a la vez me pasaba el periódico del día. Nunca he leído el periódico, no se por qué, pero jamás me ha llamado la atención y me imagino que eso se reflejó en mi cara, porque casi inmediatamente, el conductor dejó el periódico sobre la silla y me ofreció la revista que lo acompañaba. “Hoy salió la Motor”, me dijo. En la portada había un Mustang y no me imagino mi cambio, pero mientras el conductor seguía cada uno de mis movimientos, se relajó en su silla y puso en marcha el auto como si “ahora sí” fuera posible iniciar el recorrido.


(De esto me enteré hoy, como quien dice, me lo perdí)

No me pregunten por el contenido de la revista porque en realidad no lo recuerdo, pero sí recuerdo sentir que de cuando en cuando el conductor me observaba por el retrovisor. Más tarde lo imaginé escudriñando a cada pasajero para “sacarle” tema de conversación, leyendo rostros y lanzando frases. Yo, en lo particular, no soy muy hablador, soy más oidor, y en el taxi no soy precisamente el que suele proponer una charla ni, muchas veces, aunque suene grosero, mantenerla. Pero este señor, mientras se movía entre el desastroso tráfico bogotano y me analizaba “como si lo fuera a comprar”, diría Vázquez Montalbán, lanzó su arpón, con una precisión que inmediatamente me capturó:

-Yo estoy coleccionando las motos que salen los viernes –dijo.
-¿En serio?
-Y me compré todos los que salieron hace unos meses ¿se acuerda?
-Ajá.
-Eso, todos, no me faltó ni uno y también estoy coleccionando unos taxis que venden en la Panamericana, más o menos de la misma escala de los del periódico, de todo el mundo.

Cuando le conté que yo coleccionaba unos “más chiquitos”, a 1/64, abrió los ojos y dijo:

-Ah si, como los Hot Wheels
-Exacto, como esos.
-Yo tuve más de quinientos, Matchbox ingleses, los de Lesney



Se podrán imaginar la charla de ahí para allá… en Colombia creo que Matchbox empezó a popularizarse hacia los noventas, cuando Gaviria propuso lo de la Apertura económica y algunos almacenes de cadena empezaron a traer mercancía que antes entraba de forma clandestina. Tal vez lo dije en otro momento, pero a durante los ochentas, Majorette, Yatming o Tomica eran modelos que se conseguían fácilmente en cualquier miscelánea de barrio o incluso en las casetas de la calle, pero Matchbox y Hot Wheels eran desconocidos para muchos que empezábamos a guardar los carros en lugar de jugar con ellos. Estas marcas sólo se conseguían en los Sanandresitos. Eso lo sabía porque el hermano de mi amigo de infancia, que vivía en la casa de al lado, trabajaba en el de la 38 y casi a diario le traía uno… Matchbox Made in England… y uno por uno se los fueron robando otros vecinos de la cuadra… hoy por hoy no creo que alguno se conserve…

Lo interesante del asunto, a ver si por fin voy al punto, es la forma en que mi conductor los conseguía y lo que eso me produjo.

-Como por la calle 63 como con 5 –dijo- ¿conoce? había un lugar donde nos reuníamos los coleccionistas de Bogotá, era una casa y llevábamos los carritos. En la casa había pistas eléctricas y uno jugaba carreras y apostaba los carros, y así conseguí la mayoría de los Matchbox que tenía, eso eran hartísimos…

Aún no he averiguado más al respecto, pero si hoy en día funciona algo similar,seguro me convertiría en cliente frecuente.

Por alguna razón me entraron unas ganas enormes de retomar el blog (…again and again and again…) y este es el enésimo intento. Algo que también me animó fue el encontrar toda una comunidad de bloggers coleccionistas. En el 2008, cuando empecé el blog, busqué blog similares pero encontré poquísimos. Si hoy me pusiera en la tarea seguramente encontraría uno nuevo cada día… pero no tendría tiempo suficiente para leerlos todos, jeje. No estoy diciendo que yo sea uno de los “pioneros” o algo así, es sólo que la red de bloggers ya es mucho más fácil de rastrear y que se pueden pasar horas deleitándose con los modelos de otros. Incluso hay una iniciativa para formalizar el asunto. En la barra de la izquierda, abajo, hay un “directorio” de los blogs que me voy topando.



Toda esta carreta para decir que here we go again. Las cosas no cambiarán mucho. Seguiré haciendo entradas de los modelos de la colección (no puedo usar el “mi”, ya saben por qué) y además haré entradas sobre alguna que otra cosa que me cause curiosidad en el asunto del modelismo, como la historia del taxista, que terminó cambiando los autos por una bicicleta italiana (plop!) y cuando le dije el valor que podría tener su colección si los modelos estuvieran en buen estado dijo “eso vale la bicicleta”.

También hará parte del blog una nueva sección, anunciada en la entrada anterior, idea de unos amigos de un blog vecino y que me parece que podría funcionar. El siguiente es justamente un mensaje (bastante fofo, si me lo preguntan) de la producción del programa. Espero estar por aquí pronto, con más modelos y menos carreta.